Aristóteles, en su libro “Política”, dice que unos hombres nacen para mandar y otros para obedecer.
Los esclavos trabajan para que nosotros pensemos.
Por ello el régimen esclavista dio culturas grandiosas como la romana.
En el plano empresarial es así, porque la dirección de la empresa recae en una sola persona. La responsabilidad del resultado total de la organización es de una sola persona. Si no se cumplen las metas, el gerente de la sucursal X no dirá: “no fue mi culpa, fue del personal incompetente que manejo”, “no se cumplió la meta por que el mercado dejo comprarnos”, “La culpa la tuvo el área de producción”…
Pero quien es el responsable de poner orden, de tener el mejor recurso humano, quien es el encargado de controlar y corregir, quien dirige a la línea media…
El ex presidente de The Coca Cola Company Roberto Goizueta, uno de los ejecutivos mejor pagados de todos los tiempos, dijo: “Yo soy un director de orquestas, no un violinista”.
Este es el principio para la buena gestión, la tarea del líder es la de pensar (con esto no se pretende subestimar al personal operativo), visionar, estar atento a las oportunidades, escuchar a su equipo… es el líder quien tiene la visión global de toda la organización y tiene que hacerla funcionar eficientemente, creando un trabajo sincronizado de todas las áreas de la empresa para lograr las metas planeadas.
Donald Trump dijo lo siguiente: “Dirigir un negocio es como ser general. Uno es el encargado de dar órdenes y en ello hay una responsabilidad, no sólo para los propios intereses, sino también para el de las tropas”
Jack Welch sabía que la responsabilidad del resultado final de una organización recaía en una sola persona, por ello decía: “se necesita coraje y tenacidad para escoger a los mejores, asignarles los recursos, articular la visión para los empleados y explicar por qué le dijiste que no a uno y sí a otro”, tan bien opinaba, que sólo debe haber uno que dé las ordenes generales; “llama a alguien gerente y comenzará de inmediato a manejar y estorbar”.
Conclusión
Lo que dijo Aristóteles aún tiene validez: “Los esclavos trabajan para que nosotros pensemos”.
Traducido a nuestro idioma sería: los empleados trabajan para que nosotros podamos trazar el camino hacía el futuro”.
La gerencia general es la encargada de diseñar nuevos caminos, la línea media es la encargada de transformarla en tareas y la base operativa se encarga de hacerlas realidad.
La victoria depende de lo bueno o malo que sea el general para poder administrar de la mejor manera los recursos limitados.
Los esclavos trabajan para que nosotros pensemos.
Por ello el régimen esclavista dio culturas grandiosas como la romana.
En el plano empresarial es así, porque la dirección de la empresa recae en una sola persona. La responsabilidad del resultado total de la organización es de una sola persona. Si no se cumplen las metas, el gerente de la sucursal X no dirá: “no fue mi culpa, fue del personal incompetente que manejo”, “no se cumplió la meta por que el mercado dejo comprarnos”, “La culpa la tuvo el área de producción”…
Pero quien es el responsable de poner orden, de tener el mejor recurso humano, quien es el encargado de controlar y corregir, quien dirige a la línea media…
El ex presidente de The Coca Cola Company Roberto Goizueta, uno de los ejecutivos mejor pagados de todos los tiempos, dijo: “Yo soy un director de orquestas, no un violinista”.
Este es el principio para la buena gestión, la tarea del líder es la de pensar (con esto no se pretende subestimar al personal operativo), visionar, estar atento a las oportunidades, escuchar a su equipo… es el líder quien tiene la visión global de toda la organización y tiene que hacerla funcionar eficientemente, creando un trabajo sincronizado de todas las áreas de la empresa para lograr las metas planeadas.
Donald Trump dijo lo siguiente: “Dirigir un negocio es como ser general. Uno es el encargado de dar órdenes y en ello hay una responsabilidad, no sólo para los propios intereses, sino también para el de las tropas”
Jack Welch sabía que la responsabilidad del resultado final de una organización recaía en una sola persona, por ello decía: “se necesita coraje y tenacidad para escoger a los mejores, asignarles los recursos, articular la visión para los empleados y explicar por qué le dijiste que no a uno y sí a otro”, tan bien opinaba, que sólo debe haber uno que dé las ordenes generales; “llama a alguien gerente y comenzará de inmediato a manejar y estorbar”.
Conclusión
Lo que dijo Aristóteles aún tiene validez: “Los esclavos trabajan para que nosotros pensemos”.
Traducido a nuestro idioma sería: los empleados trabajan para que nosotros podamos trazar el camino hacía el futuro”.
La gerencia general es la encargada de diseñar nuevos caminos, la línea media es la encargada de transformarla en tareas y la base operativa se encarga de hacerlas realidad.
La victoria depende de lo bueno o malo que sea el general para poder administrar de la mejor manera los recursos limitados.
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