Por: Psic. Ricardo E. Combariza/Manager de Cultura y Comunicación Softtek.
Anote en un papel las actividades que usted realiza en un día y en las que invierte la mayor parte de su tiempo. Es probable que palabras como: dirigir, gestionar, facilitar, ordenar, corregir, organizar, resolver, etc, se encuentren en esta lista.
La principal diferencia que existe entre la labor de un ejecutivo y una persona que trabaja maquilando o ensamblando partes de un aparato, es que el ejecutivo emplea la mayoría de su tiempo en conversar. Más aún, si se trata de un directivo. ¿Qué son las reuniones, juntas y llamadas sino conversaciones?.
La principal diferencia que existe entre la labor de un ejecutivo y una persona que trabaja maquilando o ensamblando partes de un aparato, es que el ejecutivo emplea la mayoría de su tiempo en conversar. Más aún, si se trata de un directivo. ¿Qué son las reuniones, juntas y llamadas sino conversaciones?.
Para dirigir, corregir, guiar, gestionar, facilitar, mandar, etc, es necesario conversar. ¿Por qué es entonces que dedicamos tan poco tiempo a la forma en que se conversa en una organización?. Son muy pocas las empresas que dedican tiempo a estas reflexiones, incluso existen organizaciones en las que conversar abiertamente es una falta.
Si desea lograr mejores resultados en su equipo de trabajo, busque mantener nuevas y mejores conversaciones con su gente. Para esto, es necesario entender y hacerse cargo de las conversaciones privadas, tanto del equipo como las suyas, pues son las conversaciones privadas las que dominan todo sistema conversacional.
Esto se logra a través de la apertura, de la interacción en la que no se distorsionan los pensamientos y emociones y se es consciente de los propios juicios, miedos y rigideces. Mientras más cercanas estén nuestras conversaciones públicas a nuestras conversaciones privadas, más abierto y abierto será nuestro dialogo y por ende más potente.
He aquí un ejercicio que me recomendó una persona a quien admiro mucho y que puede ser de utilidad para identificar que tan cercanas se encuentran nuestras conversaciones públicas con las privadas:
1. Traiga su mente una conversación de trabajo que sea reciente y que usted considere como tóxica y poco productiva. Ubique cuál fue la emocionalidad que reinaba en la conversación y revívala.
2. Escriba en un papel rayado (cualquier hoja de cuaderno rayado puede servir) y escríbala tal y como la recuerda a manera de obra de teatro: Ejemplo:- Yo: “Hola, ¿terminaste el reporte?”
- El/Ella: “no, no tuve tiempo de hacerlo”.
Es importante que deje por lo menos uno o dos reglones entre cada intervención para poder hacer el ejercicio.
3. Como si se tratara de una obra de teatro, dé un título a la conversación.
4. Hasta ahora, usted ha escrito su conversación pública con esa persona. Lea detenidamente lo que ha escrito y reflexione: ¿Cuáles son mis juicios sobre esta persona?, ¿cuál era mi estado emocional previo a la conversación?.
5. En los reglones vacíos y con un color diferente, escriba entre cada intervención la conversación privada , es decir, lo que realmente quería decir con esa frase. De la misma manera, anote debajo de las intervenciones de su interlocutor, lo que usted piensa o siente que esa persona le quería decir en realidad. Siéntase libre de escribir lo que venga a su mente. Ejemplo:- Yo: “Hola, ¿terminaste el reporte?”Nunca hace las cosas a tiempo, apuesto a que no ha terminado el reporte: le voy a preguntar
- El/Ella: “no, no tuve tiempo de hacerlo”.Otra vez preguntando sobre el reporte, ¡quiere controlarlo todo!
6. Titule la “obra paralela” y compare una con la otra. Reflexione acerca de esto. Es muy probable que ahora usted sepa la razón por la cuál su conversación con esta persona no fue efectiva.
Recuerde que:- El 80% de la efectividad en una conversación está basado en la escucha. No en vano tenemos dos orejas y una sola boca.- Usted puede obtener mejores resultados y procesos más efectivos si modifica su forma de conversar, incluso consigo mismo.- Conversar efectivamente no es sencillo, usted debe entrenarse y practicar. Busque cursos, artículos y libros sobre el tema. Personalmente recomiendo el libro “Ontología del Lenguaje” de Rafael Echeverría, donde encontrará información extensa y completa sobre este tema.- Evite forzar las conversaciones en su equipo de trabajo, hágase cargo de escuchar y entender las conversaciones privadas que dominan al grupo.- La apertura empieza por uno mismo, de nada servirán sus esfuerzos si no aprende primero a observar sus propias conversaciones y trabaja en usted mismo.
Si desea lograr mejores resultados en su equipo de trabajo, busque mantener nuevas y mejores conversaciones con su gente. Para esto, es necesario entender y hacerse cargo de las conversaciones privadas, tanto del equipo como las suyas, pues son las conversaciones privadas las que dominan todo sistema conversacional.
Esto se logra a través de la apertura, de la interacción en la que no se distorsionan los pensamientos y emociones y se es consciente de los propios juicios, miedos y rigideces. Mientras más cercanas estén nuestras conversaciones públicas a nuestras conversaciones privadas, más abierto y abierto será nuestro dialogo y por ende más potente.
He aquí un ejercicio que me recomendó una persona a quien admiro mucho y que puede ser de utilidad para identificar que tan cercanas se encuentran nuestras conversaciones públicas con las privadas:
1. Traiga su mente una conversación de trabajo que sea reciente y que usted considere como tóxica y poco productiva. Ubique cuál fue la emocionalidad que reinaba en la conversación y revívala.
2. Escriba en un papel rayado (cualquier hoja de cuaderno rayado puede servir) y escríbala tal y como la recuerda a manera de obra de teatro: Ejemplo:- Yo: “Hola, ¿terminaste el reporte?”
- El/Ella: “no, no tuve tiempo de hacerlo”.
Es importante que deje por lo menos uno o dos reglones entre cada intervención para poder hacer el ejercicio.
3. Como si se tratara de una obra de teatro, dé un título a la conversación.
4. Hasta ahora, usted ha escrito su conversación pública con esa persona. Lea detenidamente lo que ha escrito y reflexione: ¿Cuáles son mis juicios sobre esta persona?, ¿cuál era mi estado emocional previo a la conversación?.
5. En los reglones vacíos y con un color diferente, escriba entre cada intervención la conversación privada , es decir, lo que realmente quería decir con esa frase. De la misma manera, anote debajo de las intervenciones de su interlocutor, lo que usted piensa o siente que esa persona le quería decir en realidad. Siéntase libre de escribir lo que venga a su mente. Ejemplo:- Yo: “Hola, ¿terminaste el reporte?”Nunca hace las cosas a tiempo, apuesto a que no ha terminado el reporte: le voy a preguntar
- El/Ella: “no, no tuve tiempo de hacerlo”.Otra vez preguntando sobre el reporte, ¡quiere controlarlo todo!
6. Titule la “obra paralela” y compare una con la otra. Reflexione acerca de esto. Es muy probable que ahora usted sepa la razón por la cuál su conversación con esta persona no fue efectiva.
Recuerde que:- El 80% de la efectividad en una conversación está basado en la escucha. No en vano tenemos dos orejas y una sola boca.- Usted puede obtener mejores resultados y procesos más efectivos si modifica su forma de conversar, incluso consigo mismo.- Conversar efectivamente no es sencillo, usted debe entrenarse y practicar. Busque cursos, artículos y libros sobre el tema. Personalmente recomiendo el libro “Ontología del Lenguaje” de Rafael Echeverría, donde encontrará información extensa y completa sobre este tema.- Evite forzar las conversaciones en su equipo de trabajo, hágase cargo de escuchar y entender las conversaciones privadas que dominan al grupo.- La apertura empieza por uno mismo, de nada servirán sus esfuerzos si no aprende primero a observar sus propias conversaciones y trabaja en usted mismo.
1 comentario:
Excelente Artículo, donde se consigue más de este autor?
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