El primer día de jardín infantil un niño de cinco años le pregunta a su maestra “¿Cuándo voy a aprender a leer?”
La maestra estaba ocupada y le contestó distraídamente: “oh, eso será el año entrante, en primer grado”.
El niño no dijo nada, pero como a la hora, sin que lo viera nadie se escapo de clase y se fue a su casa, que por fortuna estaba muy cerca. La mamá se sorprendió mucho al verlo llegar, y él le explicó: “volveré el año entrante cuando estén listos para enseñarme a leer”.
El niño quería aprender a leer, pero la maestra quería desarrollar un formidable plan de estudios. Los dos deseaban alcanzar objetivos distintos y esto ocasiono que el niño y la maestra busquen individualmente las formas de lograrlo. Esto es muy común en la micro y pequeña empresa (MYPE), en las cuales la fuerza laboral busca sus propios beneficios que siempre son distintos a los que busca la gerencia, y dentro de la fuerza laboral (personal de ventas, secretaría, supervisión) cada individuo tiene necesidades diferentes que hacen que cada uno de ellos busque un futuro diferente. No tener una visión compartida, un sentido común, hace que existan conflictos internos, lo cual no es bueno para la empresa.
La visión compartida es un conjunto de métodos y técnicas para reunir todas estas aspiraciones dispares en torno a lo que todos sienten en común. Por ejemplo: el futuro deseado de un alumno es el ingreso a la universidad y el de la dirección del colegio es ser una institución educativa de prestigio; La visión compartida de ambos sería: Ser la Institución educativa líder en formación académica para el ingreso directo a las universidades basada en profesores de calidad y metodología de estudios innovadora”; con esta visión ambos obtienen lo que desean (ingreso a la universidad y prestigio de la institución) y trabajaran conjuntamente para lograrlo, pues ambos estarán comprometidos ya que ello permitirá conseguir el futuro deseado de cada uno.
Sin un proceso sostenido de crear visión compartida no hay modo de que una empresa exprese su sentido de propósito.
Tener una visión compartida nos da fuerza organizacional, nos da una dirección común hacia donde jalar, es como en los juegos realizados, todos empujaban hacia una misma dirección.
El nivel más simple de una visión compartida es la respuesta a la pregunta: ¿Qué deseamos crear?, las visiones compartidas son imágenes que lleva la gente de una empresa; esta imagen tiene que ser similar en todos los integrantes. Esto hace que la gente esté conectada, vinculada por una aspiración común.
Esto hace que cada persona cobre sentido de importancia y así la motivación económica pasa al segundo plano.
La visión compartida modifica la relación de la gente con la empresa. Ya no es la empresa “de ellos” sino la “nuestra”, este es el primer paso para que la gente comience a trabajar en conjunto. Crea una identidad común.
Robert Fritz dijo: “En presencia de la grandeza, la mezquindad desaparece” en ausencia de un gran sueño, la mezquindad prevalece.
Ahora bien, para construir visión compartida, primero tenemos que alentar a nuestros colaboradores a desarrollar su propia visión; si la gente no tiene visión personal. El resultado es el acatamiento, nunca el compromiso.
Por otra parte, la gente con un fuerte sentido de dirección personal puede unirse para crear una potente sinergia con miras a lo que nosotros queremos.
La visión compartida nace desde abajo hacia arriba, pues cuando nace desde arriba no es compartida, no se identifican, sienten que no es parte de ellos, no es tomada con importancia, y sólo están en la espera de ordenes para llevar a cabo las tareas que respaldaran la visón.
En este caso lo más sencillo sería no tratar de hacer entender la visión y simplemente deberíamos hacer saber a cada empleado que se espera de ellos.
Es por eso que generalmente las visiones no alientan entusiasmo ni compromiso; no inspiran a las personas. Peor aún, genera poca pasión entre los directivos que la crearon.
Con todo lo dicho, no quiero sentenciar a las visiones que nacen desde arriba; ya que el origen de la visión pasa a segundo plano, si se logra un proceso por el cual llegue a ser compartida, por que sólo cuando conecte con las visiones personales, llegara a ser una visión compartida.
Los líderes que desean construir visión compartida deberán estar dispuestos a compartir continuamente su visión personal, también deberán estar dispuestos a preguntar: ¿me sigues?
Esto puede ser muy difícil, para alguien que ha fijado objetivos por mucho tiempo, se puede sentir vulnerable pidiendo respaldo.
Las visiones compartidas nacen como consecuencia de conversaciones continuas, sobre los sueños de cada uno. Los sueños compartidos poco a poco van dando luz a una visión general.
No existe una formula para crear visión compartida, pero se puede tomar en cuenta algunas sugerencias que han funcionado, estas son:
1ero.- celebrar reuniones cada cierto tiempo para motivar a los colaboradores, realizar juegos sobre trabajo en equipo.
2do.- motivar a los colaboradores, a construir su visión personal.
3cero.- cuando todos cuenten con su visión personal, debemos pedirles a que respondan a las siguientes preguntas:
a) ¿Qué espera de la empresa?
¿Cómo creen que la empresa pueda ayudarlos a cumplir sus sueños?
¿Cómo tendría que ser o que tendría que hacer la empresa para que se sienta más parte de ella?
b) ¿si usted ya es parte de la empresa, qué imagen quisiera que la empresa proyectara en un futuro?
c) ¿si somos parte de la empresa, que deberíamos brindar a nuestra sociedad y a nuestros clientes?
¿Siendo parte de la empresa, cual es nuestro propósito de existencia?
d) ¿Cómo debemos actuar ante la sociedad y ante nuestros clientes para poder conseguir nuestra visión compartida?
Estos pasos nos ayudaran a formular nuestra visión compartida.
Para conseguir nuestra visión tenemos que dejar de lado las barrera, supuestos negativos. Tenemos que sostener nuestra visión.
Las reuniones tienen que ser continuas para que la gente nueva se incorpore y construya su visión y ayude a desarrollar más la visión compartida. Así la nueva gente se sentirá comprometida.
Antes de despedirme, les hablare sobre tensión creativa, esta es la tensión que se genera, cuando tenemos una visión…
Traten de organizarse para realizar estos juegos o reuniones, de manera secuencial, hasta que sea parte de su vida, sólo así podrán desarrollarse de manera interna, siendo más productivos para la sociedad.
Un abrazo a todos y gracias por haberme permitido compartir estos momentos que disfrute con ustedes, gracias, hasta otra oportunidad.
La maestra estaba ocupada y le contestó distraídamente: “oh, eso será el año entrante, en primer grado”.
El niño no dijo nada, pero como a la hora, sin que lo viera nadie se escapo de clase y se fue a su casa, que por fortuna estaba muy cerca. La mamá se sorprendió mucho al verlo llegar, y él le explicó: “volveré el año entrante cuando estén listos para enseñarme a leer”.
El niño quería aprender a leer, pero la maestra quería desarrollar un formidable plan de estudios. Los dos deseaban alcanzar objetivos distintos y esto ocasiono que el niño y la maestra busquen individualmente las formas de lograrlo. Esto es muy común en la micro y pequeña empresa (MYPE), en las cuales la fuerza laboral busca sus propios beneficios que siempre son distintos a los que busca la gerencia, y dentro de la fuerza laboral (personal de ventas, secretaría, supervisión) cada individuo tiene necesidades diferentes que hacen que cada uno de ellos busque un futuro diferente. No tener una visión compartida, un sentido común, hace que existan conflictos internos, lo cual no es bueno para la empresa.
La visión compartida es un conjunto de métodos y técnicas para reunir todas estas aspiraciones dispares en torno a lo que todos sienten en común. Por ejemplo: el futuro deseado de un alumno es el ingreso a la universidad y el de la dirección del colegio es ser una institución educativa de prestigio; La visión compartida de ambos sería: Ser la Institución educativa líder en formación académica para el ingreso directo a las universidades basada en profesores de calidad y metodología de estudios innovadora”; con esta visión ambos obtienen lo que desean (ingreso a la universidad y prestigio de la institución) y trabajaran conjuntamente para lograrlo, pues ambos estarán comprometidos ya que ello permitirá conseguir el futuro deseado de cada uno.
Sin un proceso sostenido de crear visión compartida no hay modo de que una empresa exprese su sentido de propósito.
Tener una visión compartida nos da fuerza organizacional, nos da una dirección común hacia donde jalar, es como en los juegos realizados, todos empujaban hacia una misma dirección.
El nivel más simple de una visión compartida es la respuesta a la pregunta: ¿Qué deseamos crear?, las visiones compartidas son imágenes que lleva la gente de una empresa; esta imagen tiene que ser similar en todos los integrantes. Esto hace que la gente esté conectada, vinculada por una aspiración común.
Esto hace que cada persona cobre sentido de importancia y así la motivación económica pasa al segundo plano.
La visión compartida modifica la relación de la gente con la empresa. Ya no es la empresa “de ellos” sino la “nuestra”, este es el primer paso para que la gente comience a trabajar en conjunto. Crea una identidad común.
Robert Fritz dijo: “En presencia de la grandeza, la mezquindad desaparece” en ausencia de un gran sueño, la mezquindad prevalece.
Ahora bien, para construir visión compartida, primero tenemos que alentar a nuestros colaboradores a desarrollar su propia visión; si la gente no tiene visión personal. El resultado es el acatamiento, nunca el compromiso.
Por otra parte, la gente con un fuerte sentido de dirección personal puede unirse para crear una potente sinergia con miras a lo que nosotros queremos.
La visión compartida nace desde abajo hacia arriba, pues cuando nace desde arriba no es compartida, no se identifican, sienten que no es parte de ellos, no es tomada con importancia, y sólo están en la espera de ordenes para llevar a cabo las tareas que respaldaran la visón.
En este caso lo más sencillo sería no tratar de hacer entender la visión y simplemente deberíamos hacer saber a cada empleado que se espera de ellos.
Es por eso que generalmente las visiones no alientan entusiasmo ni compromiso; no inspiran a las personas. Peor aún, genera poca pasión entre los directivos que la crearon.
Con todo lo dicho, no quiero sentenciar a las visiones que nacen desde arriba; ya que el origen de la visión pasa a segundo plano, si se logra un proceso por el cual llegue a ser compartida, por que sólo cuando conecte con las visiones personales, llegara a ser una visión compartida.
Los líderes que desean construir visión compartida deberán estar dispuestos a compartir continuamente su visión personal, también deberán estar dispuestos a preguntar: ¿me sigues?
Esto puede ser muy difícil, para alguien que ha fijado objetivos por mucho tiempo, se puede sentir vulnerable pidiendo respaldo.
Las visiones compartidas nacen como consecuencia de conversaciones continuas, sobre los sueños de cada uno. Los sueños compartidos poco a poco van dando luz a una visión general.
No existe una formula para crear visión compartida, pero se puede tomar en cuenta algunas sugerencias que han funcionado, estas son:
1ero.- celebrar reuniones cada cierto tiempo para motivar a los colaboradores, realizar juegos sobre trabajo en equipo.
2do.- motivar a los colaboradores, a construir su visión personal.
3cero.- cuando todos cuenten con su visión personal, debemos pedirles a que respondan a las siguientes preguntas:
a) ¿Qué espera de la empresa?
¿Cómo creen que la empresa pueda ayudarlos a cumplir sus sueños?
¿Cómo tendría que ser o que tendría que hacer la empresa para que se sienta más parte de ella?
b) ¿si usted ya es parte de la empresa, qué imagen quisiera que la empresa proyectara en un futuro?
c) ¿si somos parte de la empresa, que deberíamos brindar a nuestra sociedad y a nuestros clientes?
¿Siendo parte de la empresa, cual es nuestro propósito de existencia?
d) ¿Cómo debemos actuar ante la sociedad y ante nuestros clientes para poder conseguir nuestra visión compartida?
Estos pasos nos ayudaran a formular nuestra visión compartida.
Para conseguir nuestra visión tenemos que dejar de lado las barrera, supuestos negativos. Tenemos que sostener nuestra visión.
Las reuniones tienen que ser continuas para que la gente nueva se incorpore y construya su visión y ayude a desarrollar más la visión compartida. Así la nueva gente se sentirá comprometida.
Antes de despedirme, les hablare sobre tensión creativa, esta es la tensión que se genera, cuando tenemos una visión…
Traten de organizarse para realizar estos juegos o reuniones, de manera secuencial, hasta que sea parte de su vida, sólo así podrán desarrollarse de manera interna, siendo más productivos para la sociedad.
Un abrazo a todos y gracias por haberme permitido compartir estos momentos que disfrute con ustedes, gracias, hasta otra oportunidad.
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