Por: Juan Carlos Cáceres Villalva
Como determinan si un cliente tendrá la capacidad para
responder las cuotas de pago?
En el artículo anterior describí como una entidad financiera
determina la moral de pago, es decir, si el cliente “querrá pagar su crédito”.
Es bien cierto el dicho ese de “el infierno está lleno de buenas intenciones”.
Usted puede solicitar un crédito con la intención de invertir en la compra de
un vehículo, el cual brindara servicio de taxi y el dinero generado por esta
actividad pagará el crédito, pero sucede un accidente que deja inútil el
automóvil. Esto nos deja dos lecciones; el primero es que usted por mas que
desee cumplir con sus obligaciones de pago, si no tiene los ingresos necesarios
no lo podrá realizar; segundo, por este motivo las entidades microfinancieras
nunca evalúan ingresos futuros (las entidades dirigidas al segmento empresa si
lo pueden hacer pero sólo en casos puntuales).
Este ejemplo es muy
recurrente, usted estará pensando, ¿y porque las financieras otorgan créditos
para este fin?, el asunto es que no lo deberían de hacer; primero porque en su
política de créditos está condicionada (al menos en la mayoría de entidades
microfinancieras lo estipulan así); y segundo por criterio, es decir,el futuro
es incierto, no se puede determinar al cien por ciento que un hecho ocurra, no
se puede predecir con certeza que un negocio futuro no tenga accidentes, robos,
demasiada competencia, y que vaya a tener un flujo de caja constante. Si el
cliente confía que todos los meses tendrá un ingreso neto de $300.00 y luego
sucede que en un mes bajan los ingresos debido a un paro de transportistas o a un
accidente que deja inoperativo su activo,el ingreso esperado se verá reducido a
la mitad y el cliente que contaba con los $300.00 para asumir las cuotas del
crédito, ya no podrá afrontar sus obligaciones financieras y perderá el banco y
el cliente (aumentara la provisión del crédito y el cliente perderá su buena
calificación crediticia).
Usted sigue pensando “¿pero porque le dan el crédito?”.
Debido a que en el segmento de la microempresa existe mayor informalidad en la
gestión de la empresa; el dueño del negocio no sabe a ciencia cierta cuanto es
su utilidad neta mes a mes, no conoce cuál es su margen de ventas (es decir de
cada $ 100.00 de ventas cuanto es su utilidad bruta), generalmente no llevan un
control de ventas diarias, ni de las compras mensuales, ignora el valor actual
de sus activos (llegando incluso a tener activos que valen menos que sus
pasivos). Cuando un analista de créditos (asesor, funcionario, oficial, gestor,
etc.) va a realizarle la evaluación crediticia, el cliente generalmente infla
sus ventas, a veces porque el mismo ignora y otras veces porque sabe que si
exagera sus ventas podrá tener la aprobación de mayores montos de crédito, y
estos mayores créditos “le harán obtener mayores utilidades” que por sí solas
afrontaran las cuotas de pago. Pero el cliente que hace esto no toma en cuenta
que tener mayores activos no determina la generación de mayores ingresos,
debido a que existe la variable de “tamaño de mercado”, es decir que si existe
una población de 100 personas, solo estas pueden comprar en su negocio, si
aumenta activos para atender un mercado de 200 personas es ilógico que espere
aumentar sus ventas porque la población no aumentara al día siguiente de haber
desembolsado su crédito.
Generalmente los clientes del segmento microempresa,
solicitan créditos mayores a los que la entidad financiera les aprueba.
Primero, porque tienen la idea de que siempre les bajan el monto solicitado;
segundo, porque desean invertir en proyectos de negocios (actividades distintas
a las que se dedican actualmente) y ambicionan esos futuros ingresos.
Por todo esto el mejor analista de créditos nunca conocerá
al cien por ciento la verdadera capacidad de pago (asimetría de la
información), porque sólo el cliente sabe a ciencia cierta si podrá asumir con
sus ingresos actuales el crédito solicitado (muchas veces ni el cliente lo
sabe).
¿Pero entonces como evalúan a los clientes del segmento
microempresa? Gracias a la experiencia,
las entidades microfinancieras se valen de diversas técnicas para reducir (no
se puede eliminar) la asimetría de información, y estas varían según el sector
del microempresario (servicios, comercio y producción).
Para determinar la capacidad de pago del microempresario, el
analista tiene que desarrollar los estados financieros del negocio (Balance
general, estados de ganancias y pérdidas y el flujo de caja proyectado) y el
análisis financiero (gestión del negocio, rentabilidad, recuperación de la
inversión, recuperación del capital otorgado en crédito, servicio de la deuda,
apalancamiento, etc.)
El análisis financiero dependerá del tipo de crédito
otorgado. Pero para poder desarrollar los estados financieros del negocio, el
analista tiene que recabar información que sea lo más confiable posible y para
ello se utiliza la técnica de “cruce de información”, uno de los principios de
esta técnica se basa en el principio de “no se puede vender más de lo que se
tiene”, salvo excepciones en las cuales se negocien con “futuros”, y en las
microempresas esto no es común. El segundo principio es “a mayor rotación menor
margen”, esto se ve en los minoristas y mayoristas; el minorista goza de
mayores márgenes de ventas que el mayorista, pero el mayorista tiene niveles de
ventas superiores al del minorista. El tercer principio es “todo lo que vendo
tengo que reponerlo”, es decir que si quiero mantener mis niveles de ventas,
tengo que mantener mi nivel de inventario. Estos son los principios
generalmente utilizados en el cruce de información y con los cuales el analista de créditos determina la capacidad de pago de cualquier negocio.
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